El Fondo Solidario es un beneficio otorgado por el Gobierno para financiar los estudios de aquellas personas con menos recursos económicos. Éste se mide en UTM y posee una tasa de interés anual del 2%, el cual se cancela después de dos años de haber egresado. Si la persona se encuentra sin trabajo, puede postergar el pago acreditando su situación en la universidad donde estudió.
Este patrocinio gubernamental es compatible con todas de las becas de arancel y crédito con aval del Estado por un monto máximo que es determinado sobre la base del precio de referencia de cada carrera.
Los recursos del presupuesto nacional para este año son cercanos a los 78 mil millones de pesos, dinero que se suma a los pagos que otorgan las propias universidades. De esta forma, el número aproximado de alumnos de primer año que recibió apoyo con cargo al Fondo Solidario bordea los 20.600 estudiantes.
La norma exige que el plazo máximo para rembolsar el dinero subsidiado sea de 12 años, aunque puede extenderse tres años más si la deuda supera las 200 UTM. En consecuencia, resulta importante que los beneficiados cumplan los tiempos establecidos, ya que la recuperación de dichos recursos permite que las nuevas generaciones de estudiantes también puedan recibir esta ayuda.
Para el jefe del Departamento de Políticas Financieras y Estudios del Ministerio de Educación (MINEDUC), el no pago del beneficio es una falta de solidaridad. “Atender su deuda es un deber moral de cada moroso, incluso aquellos que están cesantes o con ingresos muy bajos, deben cumplir con su obligación de declarar anualmente su estado financiero”.
Si no paga...
Para asegurarse de que los dineros retornen a las arcas fiscales, los encargados del Fondo Solidario planearon un sistema de cobro automático, a través del Servicio de Impuestos Internos. Por ende, a los contribuyentes que no han pagado el crédito universitario se les retiene una parte o la totalidad de su devolución de impuestos, situación que este año se aplicó en más de cien mil morosos.
La estrategia ha permitido recuperar un monto cercano a los 24 mil millones de pesos y se estima que para final de año se obtenga un 26% adicional. No obstante, las suculentas cifras de retorno no alcanzan a cubrir lo que cuesta financiar el sistema, el que tan sólo en 2007 registró un gasto de 118 mil millones de pesos.
Según las cifras del MINEDUC, unas 400 mil personas están en deuda por el crédito universitario, de los cuales un 40% no ha regularizado su situación. Esto se debe a que las universidades no consiguen hacer un seguimiento efectivo de sus egresados, a la irresponsabilidad de los beneficiados y a los altos intereses por mora, los cuales pueden alcanzar un 18% anual o incluso, triplicar el valor del total adeudado.
Ayuda insuficiente
La alumna de Sociología y miembro del Senado Universitario de la Casa de Bello, Patricia Varela, estudió con el apoyo del Fondo Solidario y pronto tendrá que empezar a pagar el crédito. “Estoy terminando mi carrera y en estos últimos años me he dado cuenta del avance en el tema de las becas, sobretodo con el acuerdo obtenido por el CONFECH en el año 2005. No obstante, pienso que la ayuda sigue siendo insuficiente por lo que debería aumentarse la cobertura”, afirmó a Universia.
En relación a este punto, el vicepresidente del Consejo de Rectores, Alfonso Muga, se mostró partidario de que el organismo y el Gobierno promuevan un proyecto para perfeccionar la Ley de Fondo Solidario. Según declaró que “el panorama actual lejos de incentivar el pago oportuno, termina por generar más bien un desincentivo”.
Además, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso argumentó que más allá de propiciar formas de condonación a los profesionales, hay que incentivar la recuperación de los dineros otorgados. “En la medida en que la cobertura de la educación superior ha aumentado, están ingresando jóvenes que tienen necesidades económicas, por lo tanto, necesitan recibir ayuda para el pago de los aranceles”.
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