viernes, 4 de abril de 2008

ANDRADE ANUNCIA ENVIO DE PROYECTOS SOBRE NEGOCIACION COLECTIVA Y SINDICALIZACION


Silencioso ha estado este último tiempo el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade. No habló durante la crisis de la salmonera Aguas Claras, cuya huelga se extendió por 52 días. “Esta situación demuestra que tenemos dos déficits: de confianza e institucionalidad en negociación colectiva. A muchos trabajadores les resulta muy violento que tengan que hacer tremendos esfuerzos por lograr ciertas mejorías salariales, y después enterarse de las tremendas utilidades de las empresas. Convengamos que no es fácil de explicar”, dice hoy.
Andrade sólo se limitó a pedirles voluntad para conversar a los actores en conflicto. “Desgraciadamente en esa ocasión, la prensa sólo recogió el abrazo con Cuevas, cuando ese día también me abracé con Barros (presidente de SalmonChile) y no tuvo ninguna notoriedad”.
Precisa que con Cuevas (Cristián, dirigentes de los subcontratistas) no es amigo, pero que lo considera un fenómeno interesante. “A veces no me gusta su lenguaje, lo encuentro amenazante, sin embargo en conversación de mesa encuentro bastante disposición al diálogo”.
En silencio también está avanzando con su agenda para este año, que considera unos diez proyectos en tramitación, con 36 ya convertidos en ley.
Pero lo más relevante, aparte de materializar la Reforma Previsional, es el seguro de cesantía (pendiente del año pasado) y cómo mejorar las relaciones laborales. Recalca que una encuesta (del Comité de equidad o Comisión Meller) revela que más del 85% de trabajadores considera positivo contar con negociación colectiva, y otra, de la Dirección del Trabajo donde más del 60% de empleadores entiende que es bueno.
“Ya hay dos mediciones objetivas, no de este ministerio que es acusado de agitador, que hablan inequívocamente de este sentir”, argumenta.
“(Los proyectos) están en el programa y se va a hacer”
—Quedan dos años de gobierno, ¿incluirá estos temas en la agenda minsterial?
—Esta agenda tiene cuatro grandes pilares: subcontratación y reforma previsional que ya son ley; seguro de cesantía y relaciones laborales. Hemos hecho la mitad de la pega. Esperamos que la Comisión Meller entregue una propuesta sobre lo primero para enviar el proyecto. Y en lo de relaciones, no estoy diciendo nada nuevo, el programa de gobierno habla de fortalecer el sindicalismo, crear una cultura que enfrente el abuso y termine con prácticas antisindicales. Eso está en el programa y se hará.
—Se esperaba que ese tema fuera zanjado por la Comisión Meller, dónde no han lograron acuerdo.
—Acá se parte de una premisa equivocada. A esa comisión no se le pidió un proyecto de ley sino que generara un informe articulando, un conjunto de ideas, que están en el debate público. No significa que tengan que llegar con un acuerdo, sino que ofrezca todas las alternativas posibles con su argumentación respectiva, nunca se ha pensado en que deba haber una votación.
—Pero ellos trabajan bajo esa premisa.
—Pero usted me está entrevistando a mí. Uno espera un contundente informe, que es un insumo porque quien envía los proyectos de ley al Parlamento es la Presidenta y tomará lo que le parezca.
—¿Y le parecerá hacer cambios en la negociación colectiva, porque la creación de esta Comisión se interpretó como la paralización de esos temas?
—Le puedo garantizar que se enviarán los proyectos porque son un compromiso de la Presidenta y ella lo ha mencionado en más de cinco intervenciones públicas, más claro echarle agua. Sé que en estas cosas se construyen muchos prejuicios, que hay mucha gente que le gusta bucear, escudriñar en los plancton (se encoge de hombros).
“Ampliemos las materias de negociación, sin inhibiciones”
—¿Cuáles serán los lineamientos de un proyecto de este tipo?
—Si las encuestas constatan que es buena la negociación colectiva, es evidente que hay condiciones objetivas. Entendemos que deben haber actores que interlocuten, por un lado empleadores, por otro sindicatos. Decimos que ampliemos las materias de negociación, sin inhibiciones; hay instituciones que son discutibles como el descuelgue y los reemplazos, donde unos opinan que es bueno, y otros opinamos que no... entonces discutamos.
Nos interesa que haya un piso de negociación, pero también que entendamos que si a una empresa le va mal los trabajadores se deben hacer cargo.
—¿Hay agua en la piscina para ampliar los temas, considerando que los sindicalistas se han opuesto?
—Cuando en la reforma previsional decimos que el APV colectivo es fruto de una negociación entre empresa y trabajadores, ¿acaso no estamos ampliando los temas? Nadie hizo escándalo por ello. La voluntad del gobierno es establecer un proyecto donde el fortalecimiento del sindicalismo y la ampliación de la cobertura de negociación sean centrales.
—¿Ya tiene fecha de envío?
—Siempre dijimos que estos proyectos eran materia de este año, estamos a abril, estamos a tiempo.
—¿Terminará siendo un tema electoral, entonces?
—Por eso tenemos que hacer un buen proyecto y una discusión muy sensata. Pero cómo se evita lo de electoral, es decir que los gobiernos sólo pueden legislar los dos primeros años, y después no hacer nada porque todo puede estar teñido. Entiendo que los gobiernos están para trabajar hasta el último día, lo he dicho desde el primer día de mi gestión.
—Pero lo electoral también conduce a más populismo...
—Esa es una falta de respeto a los legisladores, este gobierno ha dado muestras inequívocas de que no es el populismo lo que guía su accionar...
—¿Cómo se explica entonces que hayan retirado del proyecto de gobiernos corporativos a tres empresas públicas, para evitar protestas de sus trabajadores?
—No puedo responder eso, pero si le puedo transmitir que yo estuve en la conversación de la Presidenta con la gente de Enap y ella les dijo que no estaba en su programa que se incorporaran al sistema SEP.
—¿O sea fue un error?
—Aparentemente. Este riesgo de electoralizar no lo entiendo, ¿cuál es el riesgo de que se escuche más a la gente, ¿es un problema? Hay un tufillo antidemocrático grosero que se disfraza de argumento antipopulista...
—Pero hay economistas y empresarios que consideran que las reformas laborales a fines del gobierno de Frei, perjudicaron el empleo.
—Es el viejo razonamiento de que las cosas queden siempre igual. Cuando se instalaron los tribunales laborales algunos empresarios dijeron que estimularían que los trabajadores recurrieran a la justicia, ¿les parece mal eso? ¡¡Los argumentos antidiluvianos que uno escucha, por favor!!
—¿Puede asegurar que con estos proyectos habrá más empleo, y crecimiento?
—No tengo ninguna duda, la experiencia de los países desarrollados lo demuestra fehacientemente. Miren el mundo, en los países desarrollados hay estupendas relaciones laborales, empresarios y trabajadores se entienden directamente, ¿cúal es el salario mínimo en Dinamarca? no existe, porque lo fijan entre ellos. La idea es que los gobiernos participen menos, pero para eso hay mucho que avanzar. n

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