sábado, 24 de mayo de 2008
Comité Central del Partido Socialista de Chile eligió hoy la nueva Mesa !!!
El pleno del Comité Central del Partido Socialista de Chile eligió hoy la nueva Mesa Ejecutiva del partido para el período 2008-2010, siendo reelecto el senador Camilo Escalona como presidente de la colectividad.
Asimismo, la diputada Isabel Allende ocupará el cargo de primera vicepresidenta y vicepresidenta de la Mujer.
Marcelo Schilling, fue reelecto como Secretario General del Partido.
Como vicepresidentes resultaron electos: Mahmud Aleuy, Juan Pablo Letelier, Sadi Melo, Carlos Ominami y Ricardo Solari.
Además, forman parte de la Mesa Ejecutiva , el presidente de la Juventud Socialista, Daniel Melo y el vicepresidente de Asuntos Indígenas, Eugenio Alcamán, los que fueron electos en su oportunidad por sus respectivas instancias.
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1 comentario:
atencion señores socialistas este documento fue rescatado desde los camaradas que se interesan el los bienes del partido socialistas, el que desee exponer sus conocimientos y integrar la interpretacion de este documento se los reenviare a los portadores del socialismo extraEstimados compañeras y compañeros, los planteamientos vertidos escuetamente por varios de los que participamos en DS, han sido muchas veces coincidentes en su mayoría. Pero seguimos careciendo de voluntad práctica. El compañero Daniel hace un serio planteamiento de cómo ve escuetamente “el problema” a resolver. El compañero Anatolio, claramente plantea “estar donde las papas queman” donde solo dos nos hemos pronunciado. Por su parte la compañera Marianela hace un planteamiento que según su valioso punto de vista deberíamos marginarnos de esta convención e igual lo hace el compañero Casado, donde describe diccionariamente la palabra Prescindir. El compañero Benito habla de las masas críticas y finalmente el compañero Coloma plantea en su punto central definir lo que: “queremos para el país y como hacerlo en política. Si miramos desde el punto crítico participativo, no somos más de seis los que se interesan realmente en hacer planteamientos o participación permanente. Con algunas esporádicas intervenciones de otros compañeros. Que a decir verdad, (algunos y no todos) tiran el tizón ardiendo y se arrancan para verlos de nuevo en otra oportunidad. Pero persistencia, y compromiso no hay.
Repetidas veces hemos visto que coincidimos en planteamientos pese a no entrarle el diente al debate más sustancial, más preciso y definido. Hasta el momento solo vemos mucha, pero mucha paja y muy pero muy poco trigo. Pero parece ser costumbre o ya nos estamos acostumbrando a este estilo de participación. Lo que es malo. Pero es lo que tenemos de momento. Que se puede mejorar, sí; si hay voluntad. Pero: ¿Cuando daremos ese paso?, ese es nuestro problema central.
Aparte están otros compañeros que participan en otros debates de diferentes redes que tiene el partido. Ellos y nosotros (DS) tenemos una increíble disociación y con planteamiento muy diversos y poco coincidentes y eso tampoco es saludable ver, ya que si todos somos socialistas y estamos participando en redes diferentes eso nos complica, nos divide y los que ganan son los que están en esta dirección partidaria implementando lo que todos sabemos y repetimos a cada momento como niñitos de kindergarten esto de la neoliberación y pocos aprendimos la lección. Podría haber una vía que nos permita tener un acercamiento con ellos, tal vez sí. No conozco los métodos. Pero también están los que piensan que esto podría traer más dificultades. Lo que en definitivas demoraría también parte de este proceso de encontrarnos y dar una lucha frontal para recuperar el partido, no la elección, no la designación del candidato, no la abstención de la convención ni menos la marginación del Partido. En esta materia hay mucho hilo por cortar y tal vez sea esta materia por primera vez en donde las coincidencias nos separen un poco, pero es parte del proceso que buscamos en eso de la recuperación real del partido.
El Partido Socialista de Chile es uno solo y no hay reemplazos. La gente de Chile y del extranjero lo conoce como tal y no hay cabidas como para que busquemos otros nombres para que nos identifiquen con otro referente político desconocido en su nombre. Por lo que recuperar el nombre y el partido es vital para el desarrollo de nuestras políticas y de la reinserción político-social de los militantes socialistas que no estamos ni hemos estado por abrazar las políticas neoliberales implementadas primero por los gobiernos de la Concertación y últimamente fuertemente respaldadas por la actual dirección que encabeza Escalona y los otros compañeros y compañeras que lo acompañan en su actual gestión.
Se habla o habló del MAS, pero ese referente nació bien, pero fallado. Tal vez algunos críticos en esta recuperación no coincidan con mi planteamiento, tienen todo su derecho, este solo hizo una pasada como referente político y hoy no solo ni se escucha sino que ha desaparecido totalmente como expresión pública interna y externa, es porque según mi punto de vista, nació abortado y como una cosa coyuntural, de buenas intenciones pero sin la más sólida posición de aquellos que lo impulsaron para defender lo que ellos ahí establecieron. Por lo demás, sigo insistiendo: ¿Quién conoce al MAS en su expresión, en su participación y en su presencia en Chile y en el exterior? Ustedes tienen la palabra. Contrariamente, ¿Quienes conocen al Partido Socialista de Chile en Chile y en el exterior? Ustedes también se pueden contestar. Hacer tratados políticos en las esferas nacionales como internacionales necesitamos tener una Partido Socialista como el que siempre hemos conocido. Que está en manos ajenas, eso lo sabemos y he ahí el desafío. Si somos políticos, tendremos que trabajar en esa dirección, si no lo somos, ahí quedaremos en el camino solo tartamudeando, quejándonos y alucinadamente buscando todo tipo de pretextos para solo tener una presencia amorfa y muy dañina con lo que es cumplir con la labor militante y hacer respetar los principios como así mismo sus estatutos.
Compañeras y compañeros, lo que tenemos que hacer realmente hoy en día, es hacer partido, crear partido, recuperar el partido y recuperarlo para Chile y su destino como dijo el camarada Presidente Salvador Allende, y aquí no caben las frases cliché. Solo cabe su significado, su profundo significado en honor a las víctimas de la dictadura y de los que cayeron antes de la dictadura, como así mismo de todos aquellos presos y torturados y de los desaparecidos, preámbulo del oscurantismo político social chileno por largos 17 años de crueldad en toda la esencia de la palabra y que hoy legalmente bajo pretextos escondidos con el ex régimen militar, la derecha y las fuerzas sociales de izquierda y no izquierdas dieron paso coyunturalmente a una nueva forma de hacer política en Chile, creyéndose que realmente daríamos paso a una democracia participativa, más justa y de esa forma recuperar lo que nos pertenecía. No fue así y por eso estamos en buscar el rol de ese partido que necesita Chile. Y solo los militantes del Partido Socialista de Chile lo pueden retomar. Pero para eso se necesita más que escribir, más que plantear, hacer el trabajo que todos vemos pero que nadie se decide hacer. ¿Porqué?, ¿Hay miedo?, ¿hay temor? Muchas son las preguntas pero hay una sola respuesta y esa la sabemos todos los que por largas semanas, meses, y años hemos coincidido. Tal vez nos hacemos cómplices de estas políticas neoliberales que impulsa el gobierno actual como las que procedieron a este. No nos olvidemos ni por un solo minuto que esto lo hemos venido repitiendo por años.
La Constitución de Pinochet, las privatizaciones, las insólitas leyes educacionales, las deficientes obras de construcciones de caminos, carreteras, servicios peatonales como los pasos bajo niveles, además del Transantiago sin dejar de lado los otros servicios públicos han sido la dura críticas de nosotros hacia estas políticas gubernamentales, quedando expresa en los diferentes congresos partidarios. Pero ¿qué se ha hecho entre uno y otro congreso?, a vista y paciencia de todos: NADA. Sí, efectivamente nada, solo un reclamo masivo por aquí y otro por allá que no ha pasado ni a llamar la atención de los militantes, menos de los que no lo son, que conforman la mayoría nacional de los chilenos que buscan un bienestar social que les permitan vivir como la gente.
Está hoy en día la problemática coyuntural en la educación. Ya sabemos la ejemplar actitud de la estudiante del Darío Salas. Muchos han aplaudido su acción, yo también. Y desde esa acción han salido muchas cosas ejemplares. Otros la han criticado y posteriormente se han retractado. Otros piden castigarla, por supuesto los de la derecha y personeros del gobierno porque se les viene la carpa abajo. Los medios de comunicaciones han cumplido con su acometido. ¿Y nosotros? Me refiero a lo medular, no a la noticia y a la acción de está estudiante que simbolizó a miles y miles de estudiantes frustrados con la ley de la nueva educación.
Por supuesto que no podemos cambiar cosas desde afuera. Entonces ahora es cuando se hace necesario e importante clarificar lo que dice el compañero Daniel en su bosquejo: “El serio problema que debemos resolver”. El hace su análisis y de acuerdo a su planteamiento, todos debemos hacer el nuestro. Para desde ahí, ir tejiendo la larga manta que permita abrigarnos a todos.
Archiconocido es que existe ese gran conglomerado político que ha dado paso a cuatro generaciones de la Concertación. ¿Pero que hemos hecho realmente nosotros para ganarnos ese gran sector social? Casi nada o nada. Tampoco lo han hecho las pasadas direcciones del partido ni los que integran la Concertación de Partidos. La derecha no lo hará porque le conviene seguir así, con gente que no participe. Ellos ganan porque religiosamente llevan a toda su gente a votar, los de la concertación no. De ahí que no sea novedad de la poca participación votante en todos sus niveles de edades. ¿Cómo crear conciencia? ¿Cómo interesar a la juventud a participar en política? Ese es el desafío nuestro y no de otros, menos de la actual dirección política de nuestro partido. No la criticaré más ya que todos sabemos que hay detrás de ella y como se mueve y para donde va. ¿Entonces para que seguir con el mismo cuento? Lo que sí está claro, es que debemos empezar a trabajar con cosas sencillas, cosa que llegue a esa masa de izquierda crítica de los trabajadores para ir formando un conglomerado diferente al de la Concertación, como señala el compañero Benito.
Cuatro gobiernos de la Concertación han mostrado lo que sabemos. Desilusión, apatía política y poca participación general de grandes sectores de la ciudadanía. Eso lo sabemos. Y otra vez aparece la palabra fantasma que nos persigue ¿Y qué hemos hecho nosotros, los que realmente nos creemos socialistas? ¿O los que reclamamos ser los verdaderos herederos de las viejas tradiciones, políticas y estatutos partidario? Creo que la respuesta la sabemos todos nosotros, por lo tanto para que escribirla. Para recuperar al partido si realmente queremos recuperarlo, debemos partir con trabajos sencillos y a nivel poblacional, estudiantil y desde allí ir interesando a otras organizaciones, interesar a la mujer, al anciano, o sea, a todos no solo un sector que creemos pueda ser ganado para la causa. Todos somos la causa. Tenemos que definir hoy las tareas. Crear conciencia en estos niveles sociales que son los que necesitan orientación. Para que buscarle tantas patas al gato si sabemos que solo tiene cuatro. Sé que aparecerá alguno y dirá que ha visto uno con cinco. Tendremos que aceptarlo, pero esa sería sólo una de las pocas reglas de excepciones.
En esta dirección propongo que en Chile, los que están en Chile empiecen un trabajo a nivel de base con lo señalado anteriormente, con el estudiante, con el que vive en la población, con las compañeras mujeres, con los compañeros viejos. Sacar la antigua “pancarta” o el letrero de denuncia. Que en una marcha y en otra marcha y en miles de marchas diga en palabras sencillas: Necesitamos una nueva Constitución. Necesitamos más participación. Y un tercero con un No más a la privatización. Si estas tres consignas se vuelven permanentes, se desafía al gobierno. Pero tenemos que estar alerta con la derecha, ya que ellos están a la espera de capitalizar sus proyecciones que sabemos cuales son. Lo que tenemos que tener en claro, es primero hacer conciencia en las masas estudiantiles, poblacionales y en las compañeras mujeres y los adultos que hay que cambiar la Constitución de Pinochet primero que nada, lo otro caerá por su propio peso. Obviamente que desde ese escenario se irán construyendo las nuevas tareas. Mientras tanto los militantes de este partido, descontento y poco participativo, deben romper con la que existe, pero romperlo desconociendo su autoridad y llamar a un congreso extraordinario como en más de una ocasión lo plantearon aquellos que vieron que nada de lo acordado se plasmó en el último congreso de Las Termas de Panimávida en Linares.
El resultado de ese congreso extraordinario elegiría la nueva dirección partidaria que tendrá la responsabilidad encausar la nueva lucha social del partido, ya no solo en recuperar el partido, sino que proyectarse a esa masa disociada con la política chilena actual. Mientras tanto, el militante debe seguir trabajando esa política de marchas espontáneas en todo el territorio nacional. Aparecer y desaparecer, ya todos conocen este antiguo método de trabajo que ¿si bien dio resultado antes, porqué no habría de darlos hoy?
Por otro lado, participar en la política de disputas de dirección o de nombrar candidatos a representación parlamentaria o edilicia, es perder el tiempo. No podemos salir a la calle a reclamar algo que no lo hemos ganado. Por lo tanto la primera tarea es trabajar en botar la Constitución por medio de la denuncia callejera, por medio de la denuncia estudiantil y todos los otros métodos que el calor de este trabajo vaya generando. Por eso los trabajadores, los estudiantes, las organizaciones de la Tercera edad, los profesores y todas las organizaciones existentes, incluyendo paradojalmente a la CUT, no tienen dirección política y por eso es que esta Concertación ha navegado en aguas moderadas en convenio con la derecha parlamentaria y que por supuesto ha beneficiado a los industriales, a los empresarios y a los que han capitalizado por medio de las privatizaciones los negocios que todos conocemos, donde naturalmente están envueltos muchos, pero muchos de “nuestros representantes concetacionistas”, incluyendo militantes activos de esta nueva dirección partidaria.
Si hay que jugar con las leyes existentes, luchemos. Lo hizo Salvador Allende con ejemplo y dignidad socialista, porqué nosotros no podemos seguir ese mismo camino. Atrás quedaron los otros pasos revolucionarios que hoy tranquilamente nos dirían que somos terroristas, pero no nos olvidemos que los resultados son los que interesan de momento y no otra cosa que resultados. Tal vez desde ahí podamos recuperar algunos parlamentarios que de momento se mandan solos por carecer precisamente el partido de liderazgo político y como dice el compañero Daniel, más de algún parlamentario a lo mejor se arriesga a perder el cupo político, poniéndose donde le corresponda estar. Ya que nada se va a sacar con negociar con la actual dirección, nada. Ni antes ni después. Ellos tienen muy claro su camino y su proyección, que se estrella con los de nosotros.
Hay un punto bastante importante por plantear y entender. Muchos de los que vivimos afuera del territorio patrio muchas veces hemos sido mal interpretados creyéndose o dejándose entender que “ los de afuera no tienen nada que ver si no se mojan las patitas, para no nombrar las otras extremidades”. Ese concepto debe ser desalojado de la mente de muchos compatriotas ya que es pernicioso. No es verdad esa vieja disputa interna que existió en el pasado por cosas puntuales y que tanto afectó a nuestra organización que se desangró en una disputa que nunca logró el grado de madurez que requirió y que eso no puede volver a pasar ahora en estos cruciales momentos que necesitamos aunar fuerzas para esta larga y dura batalla que nos aprestamos a dar.
Sin embargo el compañero Anatolio hace un comentario válido, y ese “estar donde las papas queman”. Este punto debe ser atendido en su verdadera dimensión ya que se presta para muchos y variados malos entendidos. No todos están en condiciones de estar precisamente en ese punto crucial que señala el compañero Anatolio. Hay muchos que no pueden abandonar sus lugares de compromisos que tienen, excepto y por supuesto, aquellos que ya están jubilados. Lo que les permite una mayor disponibilidad de tiempo y determinaciones ya sean puntuales o permanentes. Indudablemente que si alguno de nosotros quiere dictaminar políticas de trabajos más allá de las reales y que pueden poner en peligro la vida de los compañeros y compañeras en Chile, ello caería en flagrante y clara contradicción. Donde de inmediato cabría y apropiadamente el: “Véngase para acá compañero que aquí lo esperamos”. Creo que esto ya ha pasado con llamados que inoportunamente no fue dimensionado y de ahí que un compañero le contestara a otro esta réplica que menciono. Por eso hay que tener cuidado con este tema. Eso no quiere decir en ningún caso, que no podamos aportar con ideas de trabajos los que si se implementan pueden dar el fruto que todos queremos. Solo es necesario tener la mayor disponibilidad de crítica y aprender de esta sin que nos lleve a enconarnos en batallas de planteamiento que son precisamente las que nos tienen estancados. Por lo demás, yo personalmente esperé que la respuesta del llamado, sería más real y masivo. Por el contrario, a parte del que escribe y del compañero que sugirió hasta la participación por medio de conferencias de videos, nadie más se pronunció. Hay otros que hablan de simposios, pero tampoco hubo respuesta, eso indica que cada uno está en lo suyo más que emprender esta pelea por recuperar lo que hemos repetidamente señalado: El Partido Socialista de Chile.
En mi planteamiento no hablo de trabajos con políticas de exterior porque si no tenemos claro que y como vamos a salirle al paso a los usurpadores, menos estaríamos en condiciones de implementar estos temas amplios y delicados donde nos arrastra a grandes compromisos de carácter internacional, Por lo que intencionalmente no me pronuncio.
La compañera Marianela habla de una realidad en cuanto a la convención y de la hipocresía militante si se participa en ésta. Yo discrepo de la determinación de la compañera en la medida que si dejamos o abandonamos el partido definitivamente ya no solo no tenemos nombre si no que también careceríamos de apellido. Muchos dirán ¡Y que importa ya estamos perdidos! No compañera y compañeros, no está todo perdido, estará todo perdido si como ella señala llegamos a formar parte de ese clientilismo. Pero nosotros no pertenecemos a él. Es cierto que defender la autenticidad de los militantes socialistas es algo complejo, pero en ningún caso mirado desde mi punto de vista, hay que dejar de participar. La distancia no impide aportar si se hace con buena intención y sin cartas marcadas. El aporte de todos es valioso y necesario. Ya hemos desgastado muchas horas y energías como para abandonar una pelea sin dar realmente la batalla de esta larga e inclaudicable lucha política. La compañera efectivamente no se equivoca al señalar claramente que desde el último congreso salió una pequeña luz que se apagó sin que nadie de sus iniciadores la mantuviera viva y chispeante, me refiero al MAS. Hasta hubo una declaración de principio que en esa época yo me pronuncié sobre ella como: “Una reestructuración moderna de los viejos principios del partido ya que en realidad los que conocemos el partido de años, iba a ver eso, nada más”. Es cierto que estamos asistiendo a un nuevo “reality”, pero si dejamos que continúen haciéndolo es culpa nuestra también.
Por eso quiero honestamente rescatar lo que la compañera Marianela con toda fuerza señala eso de buscar nuevas alianzas con los más diversos sectores que tenemos y que no tienen expresiones. Pero para eso tenemos que conformar una dirección desgajada o desligada de la dirección que tenemos en clara y auténtica rebeldía con la que tenemos, que legítimamente fue electa, pero que no expresa lo que nuestra mayoría militante pide, pidió y sigue pidiendo. Más aún, el pueblo de Chile reclama esa conducta socialista de la que siempre fue un ejemplo, con sus problemas internos o no, pero auténticamente representativa. Si somos capaces de llegar a conformarnos como tal, entonces podremos trabajar juntos y con esos sectores de izquierda marginados, al igual que los estudiantes, pobladores, campesinos, mapuches, y todas esas organizaciones sociales de las cuales la compañera señala. El partido no ha muerto, está vivo, en otras manos por el momento, pero no está muerto. De ser cierto, no hubiese quedado organización partidaria desde los primeros momentos del golpe militar y de la continua lucha que se dio en contra del dictador y asesino hoy muerto. Es cierto que estamos heridos, pero no muertos, es cierto que estamos viviendo una separación y no tenemos miedo de seguir en la lucha, pero en ningún caso el partido ha muerto, eso sería lo peor que nos podría ocurrir en honor a Salvador Allende y a los miles de mártires que cayeron y otros que ofrendaron sus vidas por ese momento histórico que en el pasado reciente vivimos. Más cuando nosotros mismos somos y fuimos parte de ese pasado y que vivimos nuestras propias experiencias y que nunca las podremos borrar de nuestras mentes, hasta cuando ya hayamos dejado de existir. Porque donde quiera que estemos las recordaremos, y se las traspasaremos a las nuevas generaciones aunque un poco incrédulas de esa realidad que vivimos, hoy se erigen nuevos valores que incluso la derecha ya no las puede negar. Si no tenemos alternativa de momento, la tendremos que buscar. Ir a la convención y para qué, de eso tenemos que hablar ahora, no a dos días de la participación y si decidimos no asistir, debemos estar claro y más claros del porqué, pero además de eso, debemos públicamente salirles al camino y anunciar que rompimos con la legalidad partidaria para asumir la tarea de recuperar al partido de las inescrupulosas manos de la dirección actual.
Por último, los asistentes al famoso “Congreso Termal” a parte de esporádicas intervenciones de lo que allí ocurrió, solo se animaron pocas veces a pedir las resoluciones de éste. Todos los que de una u otra forma asistieron y han renegado de muchas de las políticas que esta actual dirección ha implementado, han callado. Solo aparecen hablando cuando algo les molesta directamente o se ven afectados por esas sucias políticas de implementación. Pero no hay consistencia ni perseverancia política para llegar hasta donde precisamente debemos empezar a llegar todos. A la gente humilde, al trabajador, al estudiante, a la mujer y al anciano. Y desde ahí demostrarles que necesitamos los cambios y que ellos son parte fundamental para hacerlo. Que ellos son el motor de este cambio que antes llamábamos revolución. Sino seguiremos enfrascados entre nosotros y para nosotros no para lo que el partido nació para ser. Por eso el Partido Socialista de Chile sigue vivo, en otras manos de momento, pero vivo. Que debemos romper con la dirección actual, debemos hacerlo. Pero son los compañeros de Chile y en Chile, los que tienen la última palabra. Los que vivimos fuera del suelo patrio no seríamos moralmente bien visto si empujamos un carro difícil de empujar poniendo en riesgo a los que podrían impulsar las venideras tareas. Después de todo, son los que están en Chile los que viven a diario estos duros embates de “sobrevivir” las políticas de gobierno y de la irresponsabilidad que muestra nuestro partido con su nueva dirección.
El aporte no está centrado en buscar palabras bonitas ni rescatar viejos discursos, lo que necesitamos hoy en día son cosas simples y que lleguen a todos y no a unos pocos. Ojalá que sigamos aportando, pero es necesario dejar de lado el discurso escrito para buscar por medio de cosas prácticas el ejemplo que nos debe llevar a coronar este esfuerzo que buscamos. Ya pasó el centenario de Salvador Allende, no creo que debamos esperar otro para dilatar aún más la tarea que es urgente empezar. Este es solo un aporte por lo que les pido a los que quieran mayor respuesta, participar pero no aportillando, sino criticando los aportes para robustecerlos. Ojalá no nos pasemos en solo eso.
Fraternalmente,
Arturo Prat I.
PD: Si alguien busca replantear la legitimidad de designación de candidatos a la presidencia que mencionó el compañero Casado, está fuera de este debate, porque pienso que no buscamos eso.
njero.
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